Sostenibilidad tecnológica en México en 2025
La sostenibilidad se ha convertido en un pilar estratégico para empresas en México durante 2025. Las organizaciones —tanto nacionales como multinacionales— están adoptando tecnologías verdes para reducir su huella ambiental, optimizar el uso de energía y alinearse con estándares internacionales. A continuación, se presentan las iniciativas destacadas, casos de éxito, herramientas tecnológicas empleadas, el marco regulatorio vigente y las cifras más relevantes en materia de sostenibilidad tecnológica en México durante 2025.

Iniciativas de empresas mexicanas en tecnologías verdes
Programas empresariales de transición energética. Empresas mexicanas innovadoras lideran proyectos enfocados en energía limpia y eficiencia. Un ejemplo sobresaliente es Quartux, desarrolladora nacional de soluciones de almacenamiento de energía, en alianza con Bono₂, plataforma de medición de carbono, que lanzaron la segunda edición de la iniciativa Industria Sustentable 2025. Este programa busca seleccionar 50 industrias de alto consumo eléctrico para instalar sistemas de baterías de iones de litio e inteligencia artificial, logrando reducir sus costos de electricidad hasta en un 40% y disminuir significativamente sus emisiones de CO₂. Las empresas elegidas acceden a un fondo de inversión de 100 millones de dólares para implementar la tecnología de almacenamiento energético de Quartux, medir su huella de carbono en tiempo real y trazar metas sostenibles mediante un roadmap de descarbonización proporcionado por Bono₂. Gracias a la primera edición de esta iniciativa, en 2024 participaron más de 150 empresas, logrando en promedio 40% de ahorro en costos energéticos y reducciones notables de CO₂. Alejandro Fajer, CEO de Quartux, señala que adoptar soluciones innovadoras de almacenamiento y medición de CO₂ no solo optimiza gastos, sino que impulsa “un futuro más eficiente, limpio y responsable” para la industria. Por su parte, Nicolás Bodek, CEO de Bono₂, destaca que con herramientas accesibles para medir emisiones, las empresas pueden evitar el greenwashing y transitar hacia modelos más sostenibles con trazabilidad real de sus avances.
Otras compañías mexicanas también integran tecnologías verdes en sus operaciones. Por ejemplo, Grupo Bimbo –multinacional de origen mexicano en panificación– ha invertido en una flota eléctrica para reparto. Al cierre de 2023 contaba con 2,355 vehículos eléctricos en México, la flota de cero emisiones más grande de América Latina, evitando la emisión de más de 22,000 toneladas de CO₂ al año. Bimbo continúa incorporando camiones eléctricos y vehículos de última milla impulsados por energías alternativas, demostrando el compromiso del sector privado mexicano con la reducción de emisiones en logística.
Operaciones sustentables de multinacionales en México
Empresas multinacionales con presencia en México han implementado operaciones más sustentables apoyadas en tecnología para minimizar su impacto ambiental. En el sector automotriz, Audi México lanzó en 2025 un enfoque pionero de reciclaje posconsumo: la armadora de los cuatro aros anunció que reutilizará vehículos de preproducción para recuperar materias primas, cerrando el ciclo de reciclaje automotriz y reforzando su estrategia de economía circular. Asimismo, General Motors, junto a LG Energy Solution, se posicionó como pionero en tecnología de baterías LMR (de litio-manganeso enriquecido). Esta innovación en celdas de batería, ligada a la producción de vehículos eléctricos, forma parte de la creciente inversión en electromovilidad en México. La fabricación local de baterías avanzadas y coches eléctricos no solo impulsa la economía de nearshoring, sino que contribuye a la reducción de emisiones futuras en el sector transporte.
En la industria de alimentos y bebidas, destacan esfuerzos de Coca-Cola FEMSA, principal embotelladora de Coca-Cola en México, por migrar a energías limpias y optimizar recursos. Para 2024, Coca-Cola FEMSA reportó abastecerse con 84% de energía eléctrica de fuentes renovables en sus operaciones y desviar el 99% de sus residuos operativos de rellenos sanitarios. Este impresionante uso de energía solar, eólica e hidráulica en sus plantas mexicanas ha sido posible gracias a la instalación de infraestructura energética sostenible, reduciendo la huella de carbono de sus procesos. Otra iniciativa innovadora es el Proyecto EMERGE, en el cual empresas de energía solar están equipando tiendas de abarrotes (pequeños comercios) con paneles solares para atender sus necesidades eléctricas, logrando hasta un 95% de reducción en su consumo de la red. Este proyecto –en colaboración con socios comerciales– transforma miles de puntos de venta tradicionales en micro-centros de generación limpia, un ejemplo de cómo la tecnología solar descentralizada está disminuyendo costos y emisiones en la cadena de suministro minorista.
Transición a flotas y energía limpias. En bienes de consumo, Heineken México ha invertido en iniciativas de circularidad y ecoeficiencia en sus plantas cerveceras: emplea tratamiento y reuso de agua a escala industrial, utiliza energías renovables para abastecer sus operaciones y hasta promueve uniformes circulares y empaques reciclados en su cadena de valor. Del mismo modo, Nestlé México anunció una inversión de 1,000 millones de dólares (2025-2027) para ampliar su capacidad productiva en el país con tecnologías más limpias y proyectos de agricultura regenerativa en su cadena de suministro, avanzando hacia su meta global de cero emisiones netas al 2050. En el sector retail, Walmart de México se propuso alimentar el 100% de sus tiendas y centros de distribución con energías renovables para 2025; ya en 2018 había alcanzado un 73% de suministro eléctrico limpio en sus más de 2,300 sucursales, posicionándose como el mayor consumidor corporativo de energía verde en el país. Estas empresas internacionales, al operar en territorio mexicano, están incorporando tecnologías de vanguardia (paneles solares, cogeneración eficiente, vehículos eléctricos, sistemas de reciclaje) para cumplir objetivos ambientales ambiciosos sin comprometer su competitividad.
Herramientas tecnológicas para la sostenibilidad
La adopción de herramientas digitales y automatización está facilitando que las empresas mexicanas sean más sustentables y eficientes. Tecnologías de Internet de las Cosas (IoT) permiten el monitoreo en tiempo real de parámetros ambientales y energéticos en plantas industriales y edificios. Por ejemplo, sensores inteligentes recopilan datos constantes de temperatura, consumo eléctrico y rendimiento de equipos, habilitando un control remoto automatizado que ajusta las operaciones en función de la demanda. Mediante plataformas de gestión energética en la nube, los encargados pueden visualizar el desempeño ambiental de sus instalaciones, recibir alertas y optimizar configuraciones desde interfaces intuitivas.

La inteligencia artificial (IA) y el análisis de datos predictivos también juegan un rol fundamental. Algoritmos de IA analizan los patrones obtenidos por sensores IoT para anticipar fallas o ineficiencias antes de que ocurran. Esto permite programar mantenimientos preventivos y evitar paros inesperados, reduciendo costos y prolongando la vida útil de los equipos. Igualmente, la automatización inteligente contribuye directamente a la eficiencia energética: los sistemas controlados por IA en fábricas o edificios activan climatización, iluminación y maquinaria solo cuando es necesario y en el nivel óptimo, eliminando desperdicios de energía. Este enfoque se traduce en ahorros financieros considerables y menores emisiones de carbono, al evitar consumos ociosos de electricidad.
En cuanto a software de monitoreo ambiental, muchas empresas están implementando plataformas especializadas para rastrear su huella ecológica. Estos dashboards integran datos de emisiones de CO₂, generación de residuos, uso de agua y otros indicadores, facilitando tanto el cumplimiento normativo como la identificación de oportunidades de mejora. Por ejemplo, existen suites de software ESG que automatizan la recopilación y reporte de datos medioambientales, sociales y de gobernanza, alineados con estándares internacionales. La digitalización de procesos tradicionalmente en papel (facturación electrónica, gestión documental digital, etc.) también reduce el consumo de recursos físicos y mejora la trazabilidad. En resumen, la incorporación de IoT, IA, Big Data y sistemas de gestión ambiental está empoderando a las empresas en México para operar con mayor sostenibilidad: detectan fugas o emisiones anómalas a tiempo, optimizan rutas logísticas para ahorrar combustible, automatizan la gestión de residuos y aseguran que cada kilovatio-hora consumido aporte el máximo valor productivo con el mínimo impacto.
Marco regulatorio y estándares vigentes en 2025
El entorno regulatorio mexicano en 2025 refuerza la agenda de sustentabilidad corporativa mediante normas e incentivos. A nivel federal, las Normas Oficiales Mexicanas (NOMs) establecen requisitos ambientales obligatorios en diversos ámbitos. Por ejemplo, normas como la NOM-044-SEMARNAT (emisiones de vehículos diésel) o la NOM-163-SEMARNAT-ENER (eficiencia vehicular) continúan vigentes, imponiendo límites más estrictos de emisiones contaminantes. En gestión de agua, la NOM-001-SEMARNAT-2021, que entró en vigor recientemente, exige parámetros más rigurosos de calidad en descargas de aguas residuales, obligando a las industrias a modernizar sus plantas de tratamiento. Estas y otras NOMs (relativas a calidad del aire, ruido, residuos peligrosos, eficiencia energética en aparatos, etc.) garantizan que las empresas operen bajo estándares ambientales mínimos en sus procesos.
En el ámbito fiscal, 2025 trae consigo nuevos incentivos verdes y gravámenes ecológicos. Un caso destacado es el Impuesto Verde de la Ciudad de México, que a partir de marzo de 2025 comenzó a aplicarse a las fuentes fijas industriales por sus emisiones a la atmósfera. Las empresas con operaciones en la capital deben registrarse en el sistema fiscal ambiental y reportar mensualmente sus toneladas de contaminantes emitidos, pagando un gravamen proporcional a su huella. Esta medida busca internalizar los costos de la contaminación e impulsar la responsabilidad ecológica del sector industrial. En paralelo, gobiernos estatales como el Estado de México implementaron impuestos ecológicos pero con beneficios para quienes invierten en tecnologías limpias. Por ejemplo, el Estado de México ofrece un subsidio del 100% durante 12 meses en todos los impuestos verdes a nuevos negocios que inicien operaciones en 2025 en la entidad, como estímulo para la inversión sustentable. Adicionalmente, dicha entidad aprobó descuentos del 50% en impuestos por disposición adecuada de residuos y por instalar sistemas de tratamiento de agua pluvial, así como deducciones de 40% de gastos operativos en tecnologías de reducción de desechos. También se conceden bonificaciones de 30% en el impuesto por emisiones a empresas que sustituyan vehículos de combustión por flotas híbridas o eléctricas. Estos incentivos fiscales verdes ayudan a compensar la inversión inicial en equipos más eficientes, acelerando la adopción de soluciones eco-amigables en el sector privado.
En cuanto a alineación con estándares internacionales, México dio un paso firme en 2025 al exigir mayor transparencia en el desempeño ESG (Environmental, Social, and Governance). La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) emitió nuevas disposiciones que obligan a todas las empresas emisoras en Bolsa a reportar información de sostenibilidad bajo las Normas Internacionales de Sostenibilidad IFRS S1 y S2 a partir de 2025. Esto significa que las compañías mexicanas que cotizan en mercados financieros deben preparar un informe anual de sustentabilidad independiente, divulgando con detalle sus riesgos y oportunidades ambientales, sociales y de gobernanza, alineados con las mejores prácticas globales. Expertos señalan que esta regulación coloca a México como líder en Latinoamérica en transparencia ESG, mejorando la calidad de la información para inversionistas y facilitando el acceso a financiamiento sostenible. Cabe mencionar que muchas empresas ya integran los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU en sus estrategias, y con estos nuevos lineamientos de la CNBV, deberán respaldar con datos y métricas su contribución a objetivos como energía asequible y no contaminante, producción y consumo responsables, acción por el clima, entre otros. En resumen, el marco regulatorio 2025 en México combina obligaciones más estrictas (impuestos ambientales, NOMs rigurosas, reportes ESG obligatorios) con incentivos positivos (subsidios e incentivos fiscales verdes), logrando un balance que impulsa a las empresas a innovar tecnológicamente para cumplir con las metas de sustentabilidad.
Cifras e indicadores clave en 2025
El panorama de 2025 muestra indicadores alentadores sobre la adopción de prácticas sostenibles en el sector empresarial mexicano. Según el International Business Report de Grant Thornton México, el 49% de las empresas mexicanas planea aumentar sus inversiones en sostenibilidad en los próximos 12 meses, un salto notable frente al 39% que lo contemplaba a inicios de 2024. Las cinco áreas tecnológicas prioritarias para estas inversiones reflejan las tendencias verdes: energías renovables (58% de las empresas), reducción de la huella de carbono (34%), uso de material reciclado (33%), digitalización para eficiencia energética (32%) y gestión/reducción de residuos (32%). Esto evidencia que las compañías están enfocándose en proyectos concretos de eficiencia operativa y mitigación del impacto ambiental.

En términos de adopción corporativa, el mismo estudio destaca que un 43% de las empresas en México ya cuenta con una estrategia ESG o de sostenibilidad bien definida, mientras que un 38% adicional ha iniciado la evaluación y recopilación de sus datos ESG, y un 36% está trabajando en establecer objetivos específicos como alcanzar emisiones net zero en el futuro. Estos porcentajes indican un progreso significativo: prácticamente 4 de cada 10 empresas han incorporado la sostenibilidad en su planificación estratégica y reportan indicadores al respecto, lo que prepara el terreno para que en 2025–2026, con la regulación de la CNBV, la mayoría de emisoras del país publiquen sus primeros informes de sustentabilidad conforme a estándares internacionales.
En cuanto a inversiones verdes y beneficios económicos, se observa una movilización creciente de capital. Diversos fondos internacionales y locales están canalizando recursos hacia proyectos limpios en México. El caso de Quartux y Bono₂ mencionados, con $100 millones USD disponibles para infraestructura de energía limpia en industrias, es muestra de la escala de inversión en juego. Adicionalmente, México ha destacado en la región por la emisión de bonos verdes: al 2025 el país sobresale por el volumen de financiamiento sostenible, situándose entre los líderes latinoamericanos en bonos colocados para proyectos de energías renovables, transporte limpio y resiliencia climática. Esto ha permitido costear proyectos que no solo reducen emisiones sino que generan ahorros para las empresas a mediano plazo (por ejemplo, menores gastos energéticos, menores costos de manejo de residuos, etc.). De hecho, las empresas participantes en programas de eficiencia (como Industria Sustentable) han logrado ahorros de hasta 40% en sus facturas eléctricas, liberando recursos que pueden reinvertirse en crecimiento o en más tecnología verde.
En el ámbito ambiental, los beneficios logrados empiezan a ser cuantificables. Gracias a las flotas eléctricas y mejoras logísticas, compañías como Bimbo reducen decenas de miles de toneladas de CO₂ anuales. Por su parte, iniciativas de reciclaje industrial (como la de Audi) y economía circular evitan que miles de toneladas de material terminen en rellenos, dándoles una segunda vida productiva. También se reportan mejoras en indicadores de desempeño ambiental: por ejemplo, Coca-Cola FEMSA informó haber mejorado en 21% la eficiencia en consumo de agua en sus plantas en la última década y alcanzado la neutralización de prácticamente el 100% de sus residuos sólidos, lo que se traduce en beneficios ecológicos locales (menos presión sobre fuentes de agua y menos contaminación de suelos) y en ahorros por reutilización de insumos. Si bien persisten retos —como involucrar a más pequeñas y medianas empresas en esta transformación tecnológica sustentable—, las cifras de 2025 confirman una tendencia: invertir en sostenibilidad no solo responde a obligaciones éticas o legales, también conlleva ventajas competitivas y económicas. Las empresas en México están entendiendo que la tecnología verde es un habilitador para reducir costos operativos, acceder a nuevos mercados y asegurar su permanencia a largo plazo en un mundo cada vez más consciente y regulado en materia ambiental. En conclusión, 2025 marca un punto de inflexión donde la sostenibilidad tecnológica dejó de ser un proyecto marginal para convertirse en eje central del éxito corporativo en México.
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