Blockchain en la trazabilidad del sector salud: el caso FarmaTrust

La trazabilidad en el sector salud, especialmente en la cadena de suministro farmacéutica, es vital para garantizar la seguridad de los pacientes. Sin embargo, los sistemas tradicionales enfrentan grandes desafíos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que al menos 1 de cada 10 medicamentos en países de ingresos bajos y medianos es subestándar o falsificado. En América Latina el problema es aún más grave: hasta un 30% de los medicamentos comercializados en la región podrían ser falsificados. Esta inundación de fármacos fraudulentos pone en riesgo la vida de millones de personas, alimenta la resistencia a los tratamientos y llena los bolsillos del crimen organizado. Además, la proliferación de farmacias en línea no reguladas agrava la situación, vendiendo productos de calidad cuestionable e incluso inexistentes. Frente a esta realidad, asegurar la trazabilidad de cada medicamento (es decir, poder seguir su recorrido desde la fabricación hasta el paciente) se ha vuelto un imperativo en el sector salud para evitar medicamentos falsos y proteger la salud pública.

¿Cómo funciona la blockchain en la cadena de suministro farmacéutica?

Aquí es donde la tecnología blockchain (cadena de bloques) entra en juego. En esencia, blockchain es un registro digital distribuido e inalterable que se comparte entre múltiples participantes. Cada vez que un medicamento cambia de manos en la cadena de suministro, se agrega un registro (un “bloque”) con la información de esa transacción. Todos los participantes (fabricante, mayorista, farmacia, regulador, etc.) tienen acceso a una misma versión del registro, lo que brinda transparencia total y dificulta cualquier manipulación. Gracias a la inmutabilidad de la blockchain, los datos registrados no se pueden borrar ni falsificar, garantizando la autenticidad de la información.

En la práctica, esto significa que a cada medicamento se le asigna un identificador único (por ejemplo, un código QR o etiqueta RFID) que es escaneado y verificado en cada etapa de la cadena de suministro. De este modo, se puede rastrear la ubicación, el estado y las condiciones de cada lote en tiempo real y detectar cualquier anomalía o desviación. Si alguien intentara introducir un fármaco falso, la ausencia de un registro válido en la cadena digital lo delataría inmediatamente. Asimismo, blockchain facilita acciones rápidas como retirar lotes defectuosos o vencidos, ya que identifica con precisión qué partidas se vieron afectadas y avisa de ello a las partes pertinentes. En suma, esta tecnología aporta trazabilidad, transparencia e inalterabilidad al proceso, tres ventajas clave para la seguridad en salud.

Otro beneficio es que la blockchain puede almacenar datos adicionales de cada producto, por ejemplo resultados de pruebas de calidad o condiciones de almacenamiento (temperatura, humedad) durante el transporte. Toda esta información viaja con el medicamento en un registro seguro y verificable por cualquier actor autorizado. Así, reguladores y empresas farmacéuticas pueden asegurarse de que se cumplen los estándares de calidad, y los pacientes pueden confiar en la legitimidad de sus medicinas. De hecho, existen normativas tanto en Estados Unidos como en Europa que ya exigen la trazabilidad y verificación de los medicamentos a lo largo de la cadena de suministro. Las soluciones basadas en blockchain están emergiendo como una forma innovadora de cumplir (e incluso superar) estos estándares, al crear un libro de registro compartido más seguro y a prueba de manipulaciones que los sistemas tradicionales centralizados.

El caso FarmaTrust: blockchain contra los medicamentos falsificados

Una de las iniciativas pioneras en aplicar blockchain para la trazabilidad farmacéutica es FarmaTrust. Esta empresa, con sede en Londres, ha desarrollado una plataforma global cuyo objetivo es eliminar los medicamentos falsificados y garantizar la seguridad del paciente mediante blockchain. La solución de FarmaTrust utiliza también inteligencia artificial y análisis de big data para reforzar el sistema, logrando que los medicamentos falsos no ingresen en ningún momento a la cadena de suministro. ¿Cómo lo consigue? En términos sencillos, la plataforma rastrea cada producto farmacéutico con una identificación única a través de una cadena de suministro digital, registrando su recorrido desde la fábrica, pasando por distribuidores, hasta llegar al consumidor final. Si un producto no está documentado en esta cadena, salta de inmediato como sospechoso.

FarmaTrust brinda a todos los actores de la cadena (fabricantes, laboratorios, mayoristas, farmacias, hospitales y reguladores) una vista unificada y confiable de la trayectoria de cada medicamento. Gracias a las características del blockchain –transparencia, seguridad e inmutabilidad– se crea un entorno de confianza donde cada participante puede verificar la autenticidad de los productos. Esto reporta múltiples beneficios: las farmacéuticas y distribuidores agilizan el cumplimiento normativo y reducen costos al digitalizar procesos (por ejemplo, automatizando reportes y auditorías mediante smart contracts); los gobiernos y reguladores obtienen visibilidad total para combatir el mercado ilegal y retirar del mercado fármacos no conformes; y el público recibe la garantía de que los medicamentos que adquiere son genuinos y seguros. En pocas palabras, la plataforma de FarmaTrust crea una red transparente y eficiente que protege al paciente y aporta valor a cada integrante de la cadena de suministro.

Un caso destacado de implementación de FarmaTrust ocurrió en Mongolia. En 2018, la compañía se asoció con el gobierno mongol para pilotar un sistema nacional de trazabilidad farmacéutica, con el fin de prevenir la distribución de medicamentos falsificados en el país. Este proyecto involucró a agencias gubernamentales de inspección y buscó monitorear en tiempo real las farmacias y almacenes, creando un ledger (registro) inmutable de cada transacción farmacéutica. Mongolia, con una población relativamente pequeña, sirvió como campo de pruebas ideal para demostrar cómo el blockchain puede asegurar toda la cadena farmacéutica a nivel nacional. Además de Mongolia, FarmaTrust ha colaborado con grandes distribuidores y organismos regulatorios en diferentes regiones. Por ejemplo, ha participado en programas piloto alineados con la Drug Supply Chain Security Act (DSCSA) de EE. UU. y con la Directiva de Medicamentos Falsificados de la Unión Europea, integrándose con sistemas existentes para mejorar la trazabilidad. También llevó a cabo proyectos piloto con empresas como McKesson en el Reino Unido para el seguimiento de medicamentos de alto valor. Si bien muchas de estas iniciativas aún están en fases de prueba o adopción temprana, los resultados preliminares han sido prometedores: mayor rapidez para detectar y retirar medicamentos problemáticos, reducción de papeleo y errores humanos, y una confianza creciente por parte de las autoridades sanitarias.

Cabe destacar que FarmaTrust incluso contempla incentivos para promover la participación de todos en el proceso. Su sistema utiliza tokens digitales para recompensar a farmacias, reguladores o incluso pacientes que escaneen y verifiquen productos o reporten anomalías en la cadena. Este enfoque colaborativo crea una comunidad vigilante donde cualquier intento de fraude puede ser reportado y compartido en la red al instante. Aunque el aspecto técnico (como el uso de tokens o smart contracts) opera “bajo el capó” sin necesidad de que el usuario lo entienda a fondo, estos mecanismos contribuyen a la sostenibilidad y éxito del sistema a largo plazo.

Implicaciones y recomendaciones para el sector salud hispanohablante

La aplicación de blockchain en la trazabilidad farmacéutica tiene importantes implicaciones para el mundo hispanohablante. En países de América Latina, donde la circulación de medicamentos falsificados es alta y la falta de regulación eficaz ha facilitado este mercado ilegal, adoptar soluciones de cadena de bloques podría suponer un cambio radical. Por ejemplo, Colombia y México han sufrido alertas por venta masiva de fármacos falsos –en algunas regiones de México hasta el 68% de las farmacias llegaron a dispensar medicamentos falsificados–, con consecuencias graves para la salud pública. Implementar sistemas de trazabilidad basados en blockchain ayudaría a cerrar el paso a estos productos peligrosos, ya que cada eslabón de la cadena estaría monitorizado y auditado en tiempo real.

En el caso de España y otros países hispanos, existen ya marcos regulatorios que reconocen la importancia de la trazabilidad (la UE, por ejemplo, exige desde 2019 verificar cada medicamento mediante un código único). Sin embargo, la oportunidad para el sector salud hispanohablante está en dar un paso más e incorporar tecnologías emergentes como blockchain para fortalecer esos sistemas. A continuación, algunas recomendaciones clave:

  • Actualizar la regulación y los sistemas de seguimiento: Los gobiernos deberían modernizar las normativas para exigir trazabilidad digital de los medicamentos, incentivando el uso de plataformas seguras como blockchain que garanticen la autenticidad de cada producto.
  • Promover proyectos piloto públicos-privados: Es recomendable implementar programas piloto de blockchain en la cadena de suministro farmacéutica en países latinoamericanos, colaborando con empresas especializadas (como FarmaTrust u otras) para adaptar la tecnología a las necesidades locales. Estos proyectos demostrativos pueden servir de modelo a seguir en toda la región.
  • Capacitación y conciencia pública: Las autoridades sanitarias y el sector farmacéutico deben invertir en capacitación de personal y en campañas de concienciación. Tanto profesionales como pacientes deben conocer las ventajas de la trazabilidad y aprender a utilizar herramientas (por ejemplo, apps de verificación de medicamentos) que se apoyen en estas nuevas tecnologías.

En conclusión, la tecnología blockchain ofrece una vía innovadora para mejorar la trazabilidad en el sector salud y combatir la falsificación de fármacos. El caso de FarmaTrust muestra que es posible crear cadenas de suministro farmacéuticas más seguras, transparentes y eficientes, con beneficios tangibles para gobiernos, industria y pacientes. Para el mundo hispanohablante, abrazar estas innovaciones no solo representaría un salto adelante en la seguridad sanitaria, sino que también enviaría un fuerte mensaje: la salud y la confianza de la población están por encima de todo, y ninguna medicina debería ser una apuesta de riesgo.


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